Un reciente reporte de la consultora McKinsey analiza el estado de la productividad del sistema prestador de salud de Estados Unidos. Haciendo la salvedad de que hay diferencias importantes entre los sistemas de salud en cada país, nos resulta muy interesante el modelo que utilizan para descomponer las fuentes de la productividad.
La productividad de cualquier industria se analiza comparando las entradas (inputs) con las salidas (outputs). En términos económicos, los primeros son el trabajo, el capital, y la productividad multifactorial – este último representa lo que contribuye la innovación. Los outputs son los servicios de salud brindados a los pacientes.
En USA, de 2001 a 2016, el crecimiento del sector salud estuvo orginado en un 99% por un aumento en los recursos humanos empleados, un 14% por las ampliaciones de capital – nuevos hospitales, equipamiento, etc – mientras que las innovaciones tuvieron un impacto negativo de 14%. Estas innovaciones son, entre otras, las nuevas formas de organizar los servicios médicos, los modelos operacionales, las optimizaciones en el intinerario del paciente, y en definitiva todas las herramientas de gestión eficiente que despliega un prestador.
¿Cómo es posible que el impacto de la innovación sea negativa? La razón que encuentra el reporte de McKinsey es simple: los hospitales y las clínicas invierten menos en herramientas digitales que mejoren la productividad que casi cualquier otro sector de la economía. El ranking se muestra en la siguiente tabla:
No hay estudios disponibles en otros mercados, pero nuestra visión es que claramente ocurre lo mismo en Argentina y en la mayoría de los países de Latinoamérica. Las inversiones digitales y de IT de nuestros sanatorios se concetraron casi en su totalidad en sistemas de historia clínica electrónica.
En Wuru pensamos que estamos listos para la siguiente fase: utilizar todos los datos digitales del hospital para mejorar su productividad, aplicando analítica de datos, inteligencia artificial, y benchmarking con las mejores prácticas. Tenemos evidencia de casos exitosos, en los cuales por ejemplo se incrementó 5 puntos porcentuales la utilización de un bloque quirúrgico, o se redujeron en un 70% las cancelaciones evitables.
El imperativo de la productividad es una realidad para los prestadores, y una estrategia ineludible para prosperar en un ambiente de aumento de costos y mucha mayor competencia por los pacientes.
Los hospitales y las clínicas invierten menos en herramientas digitales que mejoren la productividad que casi cualquier otro sector de la economía.